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Estimados Colegas,
El pasado viernes primero de octubre nos reunimos en el Museo Nacional de Antropología cinco investigadores; tres arqueólogos y dos antropólogos fisicos, con el interés de comentar y proponer algunas alternativas que ayuden a solventar los diferentes problemás planteados en este foro. Proximamente subiremos a la red un primer documento para que lo conozcan y se discuta.
No me desanimo y por el contrario, estamos más entusiasmados para continuar impulsando soluciones a las problematicas del gremio, y esperamos que en la proxima reunión acudan más colegas. Sólo organizandonos encontraremos la fuerza para promover un cambio positivo y mejorar nuestras condiciones de vida y laborales.
Un saludo a todos.
Estimados de la Red Mexicana de Arqueología, sabrán que estoy elaborando un reportaje de titulación en la licenciatura de Ciencias de la Comunicación y estoy tratando de localizar un par de datos. El número de Trabajadores del INAH y cuántos de éstos trabajadores son Investigadores. Alguno de los miembros de éste blog podría darme alguno de éstos datos actualizado???
Me voy a ver lenta al responder a estos mensajes ya de hace un año pero bien es sabido que ya estando "adentro" los arqueologos parecemos cangrejos "mexicanos" y no como los extranjeros, que en lugar de ayudarnos a salir adelante con el trabajo y la dignidad de esta bella y exuberante carrera nos fregamos o nos cobramos de muy disssssstintas maneras o no? sea economicamente, psicologicamente, de genero etc.
Creo y digo creo que el objetivo de la investigación arqueológica a la hora de la hora de deja muy pero muy de lado casi en la mayoria de los proyectos. En esta profesión son muy importantes los conocimientos de cualquier grado que sean estos por ejemplo estan los gratos conocimientos de los trabajadores de la zona arqueologica de Teotihuacan, solo por mencionar uno de tantos que sin querer los que estan, estaremos o estuvimos los sembramos y los cultivamos ya que nosostros somos los unicos culpables de que pasen muuuuchas de las cosas tanto buenas como malas, un ejemplo de ello es que si sabemos de algun "vetado" o alguien que este demandando al inah por que no se le apoya con trabajo al fin y al cabo sabe trabajar como arqueologo no? por eso demanda que entre nosotros mismos haya apoyo profesional, un dia de estos estaremos en su lugar, o se diría "hasta que el futuro nos alcance?" o ya nos alcanzo la problematica va estar el diía en que el gobierno tome al inah como suyo nos haga lo mismo que a la comicion de luz y fuerza que ni pa dios ni pa el diablo DE QUE LADO ESTAMOS DEL DE NOSOTROS O EL DE PAPI GOBIERNO QUE NOS DESAPAREZCA CUANDO QUIERA
Estimados Colegas,
El pasado viernes primero de octubre nos reunimos en el Museo Nacional de Antropología cinco investigadores; tres arqueólogos y dos antropólogos fisicos, con el interés de comentar y proponer algunas alternativas que ayuden a solventar los diferentes problemás planteados en este foro. Proximamente subiremos a la red un primer documento para que lo conozcan y se discuta.
No me desanimo y por el contrario, estamos más entusiasmados para continuar impulsando soluciones a las problematicas del gremio, y esperamos que en la proxima reunión acudan más colegas. Sólo organizandonos encontraremos la fuerza para promover un cambio positivo y mejorar nuestras condiciones de vida y laborales.
Un saludo a todos.
Leyendo los comentarios de este foro, me doy cuenta de que no soy el único en estas condiciones; si bien los contratados hacemos la chamba que los basificados que no quieren por varios motivos (como ensuciar su reputación a sabiendas de que en el futuro habrá consecuencias negativas) sacar el trabajo difícil, también nosotros los indocumentados del INAH -como dice el Arturo Alcalde en una nota de la Jornada http://www.jornada.unam.mx/2011/08/27/opinion/025a1pol tuvimos una formación académica y estamos contratados porque tenemos los elementos para lograr las metas que se proponen en el Instituto. Legalmente estamos desprotegidos por las mañas de que se valen las leyes y lo permisible de las mismas, estamos en la Institución que protege, investiga y difunde el patrimonio cultural; las humanidades son nuestra roca madre, nuestro tronco común, sabemos la injusticia en que laboramos muchos pero no tenemos la unidad que se requiere para lograr cualquier cosa. hagamos de esto un virus que se disperse a todos los que estamos en estas condiciones, unámonos y exijamos condiciones HUMANAS. No hay apatía, ni miedo, por lo menos de gran parte de los arqueólogos que conozco, muchos nos enfocamos en el trabajo que hay que sacar y nos pasa por alto todo esto, ahora he hecho una pausa y me doy cuenta de que debemos interesarnos y aportar ideas para lograr las metas que en este foro ya se están comenzando a perfilar.
Estoy puesto para cualquier acción que se realice.
Hasta la victoria, SIEMPRE!!!
Hola! Uff! es una discusión un poco densa. Algunos compañeros de base están en este foro y seguro se herirán algunas susceptibilidades con tu comentario. Yo creo que no son todos, hay investigadores de base muy chambeadores y solidarios con nosotros, y que no pueden hacer su chamba porque tenemos también algunas autoridades nefastas, pero en general, estoy de acuerdo contigo. Pues si te das cuenta, por abrir esta discusión recibí felicitaciones, así como insultos y demás cosas. Y ya no le seguí porque me fui a hacer mi maestría. Pero con maestría y todo, mi situación sigue siendo la misma.
Hubo un intento de conseguir el apoyo del sindicato de investigadores, el cual se obtuvo pero veladamente. Muchos de sus miembros no estaban de acuerdo, y los compañeros que estaban en el movimiento se echaron para atrás, y desgraciadamente, la historia es la misma siempre, todos dicen que sí se la avientan y al final se echan para atrás. De la misma forma que en la situación política del país, todos esperan un líder que se aviente la bronca por todos, para que ese sea el que pague el pato si hay represión. Y muchos esperaban eso de mí. además, aquí en el foro, unos compañeros se acusaban unos a otros de "orejas" y provocadores, y al final pues ya no sabes en quién confiar. Lo ideal es la unión de todos los que estamos en la misma situación, pero generalmente todo mundo ve por sus propios intereses. Se obtuvo buen apoyo de nuestro querido Gustavo, pero como yo ya me encontraba haciendo mis trámites para irme, ya no pude asistir a las reuniones que organizó para discutir estos temas. En fin. Ojalá pueda surgir un grupo sólido y organizado que haga que los demás se contagien. Un saludo colega.
Es muy simpático que te expreses asi, siendo tu la mismisima escencia de lo que significa ser una cacica del INAH.
Uy Fiora Mazcoratti, no sé a quién te refieres, no tengo el gusto de conocerte. Ojalá no te escondieras tras de un pseudónimo y seas más explícita y argumentes tus acusaciones, sea a quien sea que estén dirigidas. Bueno, como decía en mi último comentario, este es el mal del gremio, nos atacamos unos a otros por todos lados, sólo nos ponemos el pie, y peor aún, hay gente que que ni si quiera da la cara al lanzarlos.
Hola, yo aplaudo la acción y creo que el caso nos atañe tanto a arqueólogos de campo como a arqueólogos de gabinete y considero que toda esta serie de irregularidades son parte del por que nuestra profesión a perdido sentido, se apaga entre los egos de seudo investigadores preocupados únicamente por llenar sus bolsillos. Ojala pudieran recordar por que hacemos esta labor y que el conocimiento no sirve si no se comparte.
Al igual que otros de los compañeros no creo que esto deba ser considerado como morder la mano que te da de comer, muchos trabajamos más aya de un horario laboral establecido, poniendo nuestro mejor esfuerzo y actitud en lo que hacemos como para no tener ni seguridad social, desempleo en lugar de vacaciones, que no te paguen a tiempo, depender del animo de las administraciones del instituto, muchas veces aventarte todo el contrato sin firmar papel alguno que te ampere en cuestiones legales.
Y realmente creo que estaría bien hacer una que otra limpia, siempre se sabe de muchas cosas que pasan y se quedan en escándalo de pasillo, no solo a nivel institucional sino también académico. Para mi todo empieza con la forma en la que se esta instruyendo a nuevas generaciones que como mencionaron en los comentarios ser arqueólogo no es una foto de perfil, ni venerar a vacas sagradas que en muchas ocasiones ya no quieren desarrollar cosas nuevas.
Otra cuestión que creo que también es parte del problema es el tipo de relaciones que llevamos entre nosotros, pues la mayor parte del tiempo se esta buscando ponerle el pie al compañero y buscando la paja en el ojo ajeno.
El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) es en nuestro país la dependencia encargada de investigar, preservar y dar a conocer diversos aspectos tangibles e intangibles del patrimonio cultural, es decir, su materia de trabajo es todo aquello creado por el hombre en tiempos pasados, recientes e incluso actualmente, pues además de estudiar restos culturales a través de la arqueología en sus diferentes campos de acción, estudia también al hombre mismo en su restos óseos mediante la antropología física, así como el comportamiento de éste en disciplinas como la antropología social, la etnología y la lingüística, lo anterior más enfocado a grupos sociales actuales; también abarca el amplio campo de la historia a través de evidencias escritas de diferentes tiempos; tiene participación en la paleontología y aborda campos especializados relacionados con las disciplinas ya mencionadas, como en el caso de la restauración y conservación. El INAH fue creado en 1939 por el entonces presidente de la República Lázaro Cárdenas del Río. El Instituto se encuentra dentro de la estructura del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) y depende de la Secretaría de Educación Pública (SEP); por lo tanto, el INAH es un organismo descentralizado del gobierno federal.
Dentro de la estructura del INAH se cuenta una Secretaría Técnica, siete coordinaciones nacionales y 31 centros regionales localizados en los estados de la República. Instancias de investigación que son responsables de 110 mil monumentos históricos construidos entre los siglos XVI y XIX; 29 mil zonas arqueológicas registradas, aunque se calcula la existencia de alrededor de 200 mil, de las cuales solamente 180 están abiertas al público. Asimismo es responsable de más de 120 museos de diferentes categorías (www.inah.gob.mx/iquienes-somos). Es evidente que esta cantidad de monumentos históricos, zonas arqueológicas y museos requiere para su investigación, conservación y difusión apropiadas una gran cantidad de investigadores. La misma página del INAH menciona que cuenta con 800 académicos divididos en las diferentes disciplinas que aborda, aunque en su apartado de Investigación Académica refiere que son 400 académicos dedicados a la investigación científica (www.inah.gob. mx/academia/investigacion) y en su sección dedicada a la Academia, indica que son 400 académicos, además de los docentes, que enseñan en las escuelas dependientes del Instituto: Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía (ENCRyM) y la Escuela de Antropología e Historia del Norte de México, que se encuentra en Chihuahua (www.inah.gob.mx/academia) –aunque muchos de los profesores que enseñan en las escuelas del INAH son también investigadores adscritos al Instituto–. Entonces, en el mejor de los casos, entre investigadores y docentes pueden sumar los 800 mencionados, cifra indudablemente insuficiente para atender todos los frentes de investigación y académicos que tiene el INAH.
En números gruesos se calcula que el Instituto cuenta con alrededor de 4 mil trabajadores, de los que 3 mil son administrativos, técnicos, manuales y de servicios, poco más de 150 arquitectos y restauradores, así como 400 empleados de confianza (Arturo Alcalde Justiniani, “Los indocumentados del INAH”, La Jornada, 27 de agosto de 2011) que, en la mayoría de los casos, ocupan puestos de mandos medios para arriba en los diferentes laboratorios, subdirecciones, direcciones de investigación y académicas y en el área administrativa; el resto, son los 800 investigadores aludidos. Es carente de toda lógica que un instituto dedicado a la investigación y a la docencia tenga entre sus filas a más personal administrativo, técnico y de servicios, que a investigadores científicos. Entonces surge un cuestionamiento: ¿son suficientes los 800 investigadores y académicos que trabajan en el Instituto? La respuesta es no. Existe una triste y desgarradora realidad: la mayoría de los trabajos de los que se vanagloria el INAH, de los logros con que se anuncia al mundo la excelencia académica y científica del Instituto, mismos que son orgullo nacional e internacional, han sido hechos o en ellos han colaborado cientos y tal vez miles de investigadores contratados por el INAH de diversas maneras; hombres y mujeres que en la mayoría de los casos firman contratos temporales, generalmente por 3, 4 y hasta 5 meses y medio a todas luces injustos y que precisamente son elaborados para que el trabajador no genere antigüedad y no pueda optar por la basificación; contratos que no contemplan ningún tipo de seguridad social, que restringen su competencia a la realización de diversas actividades de investigación por un sueldo la mayoría de las veces ridículo si se atiende a las diversas actividades académicas, de exploración e intelectuales que un investigador realiza para el INAH, además de que en muchas ocasiones los investigadores ejecutan tareas que implican situaciones de alto riesgo, sobre todo aquellos que realizan trabajo de campo. Son varios los casos de investigadores contratados bajo este esquema que han sufrido graves accidentes que han implicado severo daño físico y no han sido auxiliados, defendidos e indemnizados apropiadamente por el Instituto.
El resultado de esta figura de contratación es que los recién egresados de las diversas escuelas del INAH seenganchan laboralmente con el Instituto mediante esta figura contractual debido a que no hay más opciones laborales, sobre todo en el caso de los arqueólogos, pues el ejercicio de esta profesión es prácticamente un monopolio del INAH. Estos jóvenes trabajadores le dan al Instituto varios años de su vida laboral sin obtener los beneficios mínimos de seguridad social que marca la ley. Si tienen suerte, serán contratados mediante este esquema una y otra vez por años, décadas e incluso toda su vida para, al final, encontrarse sin acceso a una vivienda como a las que los trabajadores de base protegidos por el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) pueden obtener, ya que nunca contaron con este beneficio, pues el INAH no pagó por la contratación de sus servicios ninguna cuota al respecto; personal que no tuvo ni tendrán seguro médico, ni una pensión para el retiro. Algunos investigadores simplemente ya no son recontratados cuando se acaba un proyecto de investigación, con lo que tienen que ir en busca de otro que los acoja, y al pasar los años y darse cuenta que no tienen un futuro promisorio en el INAH abandonan esa contratación leonina y se dedican a otras actividades que en pocos casos están vinculadas con su formación profesional. Pero eso no importa, pues el mismo Instituto genera anualmente, a través de sus escuelas, nuevos investigadores que se engancharán por varios años en esa relación de trabajo injusta, reproduciendo así un modelo laboral opresivo y desventajoso que el INAH ha mantenido durante años y con el que evade las mínimas obligaciones laborales que marca el Artículo 123 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, la Ley Federal del Trabajo y las Condiciones Generales de Trabajo del mismo Instituto. Algunos casos al respecto, y en general sobre esta situación, pueden ser consultados en la página de la Red Mexicana de Arqueólogos (remarq.ning.com/forum/topics/situacion-laboral-de).
Este año el INAH festeja su 75 aniversario y sus directivos y las personalidades más destacadas anuncian logros de investigación y refieren la consolidación científica y académica de la institución haciendo alarde de la importancia de la misma a nivel nacional e internacional, olvidándose por completo de la decepcionante situación laboral que promueve y mantiene el Instituto, desdeñando y menospreciando el componente humano de investigadores que han desfilado por sus instalaciones y por las zonas arqueológicas que han atendido los monumentos históricos y laborado en sus museos, enterrando en el pasado las vidas de éstos, sin reconocer que en gran medida que en los logros del INAH ellos han sido y son fundamentales. Aunque algunos reconocidos investigadores como Sergio Gómez, Jorge Angulo y Felipe Echenique March consideran que la situación del INAH no es nada halagadora, que se encuentra alejado de su propósito fundamental de investigación y que es urgente la apertura de plazas de investigación para retomar la esencia del Instituto (Luis Carlos Sánchez, “A debacle, investigación científica en el INAH”, Excélsior,www.excelsior.com.mx/cominidad/2013/06/17/904433). Asimismo el Sindicato Nacional de Trabajadores de este organismo ha señalado el deterioro de la institución y sobre todo su alejamiento de su origen nacionalista cuando fue creado en 1939, así como la mercantilización y uso político de sus propósitos de investigación, exploración y difusión, aspectos tergiversados por las políticas neoliberales adoptadas en el país (La Redacción, “El Proyecto del INAH se aleja del propósito con el que lo creó Lázaro Cárdenas: sindicato”, Cultura,La Jornada, 3 de febrero de 2014).
Es una vergüenza que el INAH, dedicado al estudio del hombre en diferentes ámbitos y que señala que su misión es: “investigar, conservar y difundir el patrimonio arqueológico, antropológico, histórico y paleontológico de la nación para el fortalecimiento de la identidad y memoria de la sociedad que lo detenta”, sea al mismo tiempo un organismo que coarta el desarrollo humano de miles de sus investigadores beneficiándose de su trabajo, y que al final de su trayectoria laboral, por corta o larga que sea, los deja tan desprotegidos como el primer día que iniciaron sus actividades en el Instituto, condenándolos al olvido y al ostracismo laboral.
*Maestro en ciencias en exploración y geofísica marina, licenciado en arqueología especializado en contextos sumergidos y buzo profesional, licenciado en letras hispánicas, licenciado en diseño gráfico, integrante del taller Madre Crónica.
Fuente: http://contralinea.info/archivo-revista/index.php/2014/03/30/los-co...
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