
Antes de que el mundo acabe hemos querido insertarnos en un antiguo laberinto que nos lleva a una cámara principal amplia, oscura y desconocida. En el interior de ella se encuentra el tesoro más preciado de la humanidad: El lenguaje.
Este conjunto de signos que ha plasmado el dios en las manchas del tigre, del jaguar, nos mostrarán todas las cosas a la vez, veremos el mundo dentro de todos los mundos y a todos los mundos retribuirle la imagen en una especia de panóptica sensorial.
Este libro es, a la vez, propio oxímoron de sí mismo, es elocuente y sencillo, nuevo y antiguo.
Esta afrenta al minotauro apenas empieza.