Las iniciativas que buscan promover los vestigios arqueológicos como lugares turísticos que sólo tienen una utilidad comercial y mercantil, dañando la posibilidad de seguir teniendo contextos primarios donde los arqueólogos del futuro con técnicas nuevas puedan seguir explorando, son a todas luces reprobables.
Lo anterior fue afirmado por el investigador de la UNAM Erik Velásquez García, quien estuvo en Puebla para presentar el libro Historia de la tipografía colonial para lenguas indígenas de su colega Marina Garone Gravier.
Durante una entrevista posterior a la presentación, el especialista en la gramática y la cultura maya señaló que esa visión en la que el pasado prehispánico solo tiene sentido si sirve a lo económico, es empobrecedora y atenta contra la posibilidad de construcción lo mismo de la identidad nacional que de la identidad de los pueblos de los descendientes de aquellas civilizaciones precolombinas.
“El país entero está lleno de arqueología y estas iniciativas comerciales atacan los sitios espectaculares, aunque también aquellos asentamientos de menor tamaño o ubicados en lugares remotos que son objeto de saqueo y destrucción, incluso de la no mal intencionada porque se cree que son ‘piedras sin sentido’, como le pasó a Cholula en su etapa más reciente”, opinó el historiador del arte.
Velásquez García expuso que incluso en un país con tanto patrimonio cultural y tantos problemas al mismo tiempo, no se podría tener ni la capacidad humana ni estructural ni económica para conservar el patrimonio en óptimas condiciones; sin embargo, agregó, “en zonas tan prominentes como Cholula deberíamos tener más atención de que esto no ocurra”.
Sobre todo, apuntó, porque “Cholula no es una ciudad prehispánica, es una ciudad viva”, ya que si bien es de los asentamientos más antiguos en el continente americano –fundado en el año 600 antes de esta era–, está viva porque los habitantes conviven con “un pasado que está presente” y que sigue siendo parte de su realidad actuante.
Esa cercanía con su pasado, dijo el miembro del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM, los convierten en los legítimos descendientes de la cultura y las construcciones cholultecas.
“A todos estos millones de indígenas de diversas culturas y lenguas que tienen un patrimonio cultural vivo es lamentable que no se les tome en cuenta ni tengan representación en los congresos y los partidos políticos, pues permanecen ausentes del gobierno y sus proyectos de ‘modernidad’, la cual no se podrá alcanzar si se tiene esa deuda con el pasado y con los descendientes vivos de estas culturas amerindias de origen”.
Por ello, consideró lamentable que los dueños de los proyectos económicos que se pretenden llevar a cabo en zonas arqueológicas –como Cholula y la amenaza de la construcción del llamadoparque de las siete culturas– estigmaticen a los luchadores sociales que demandan una cosa: que se respete el patrimonio cultural de los mexicanos, que no es de un grupo ni de una empresa, sino el de todo un país.
Para el historiador del arte Erik Velásquez lamentablemente este no es el único momento en el que se destruye el patrimonio, pues cada época y por diferentes causas, se ha destruido.
“En la colonial se destruyó porque significaba el arraigo con lo original, en la independencia hubo otros pretextos desde el poder y lo liberal, en las guerras civiles se dispersaron los fondos bibliográficos y en el siglo XX hubo intereses comerciales como el saqueo y el mercado negro que llevaron a contemplar solo su valor económico”.
Por ello, concluyó el investigador, lo increíble es que México tenga mucho patrimonio, ya que no sólo se destruye lo antiguo sino hasta lo hecho en el siglo XX, todo en aras de construir condominios, estacionamientos y “construir prismas funcionales” de materiales endebles que arrasan con joyas arquitectónicas.
Tomado de: http://www.lajornadadeoriente.com.mx/2015/08/05/reprobable-promover...
¡Tienes que ser miembro de RMA Red Mexicana de Arqueología para agregar comentarios!
Únete a RMA Red Mexicana de Arqueología